La habitación me resulta extraña. Desconocida. No sé dónde estoy ni cómo he llegado hasta aquí. No sé cómo voy a volver a casa...
Christine sufre las secuelas de un terrible accidente: solo logra retener recuerdos durante un día. Vive atrapada en una existencia en la que se despierta cada mañana creyendo que es joven y con el futuro por delante, para descubrir después que es una mujer de cincuenta años, casada y con una vida más que hecha.
Este es el angustioso mapa de los intentos de Christine por lograr que todo lo que la rodea cobre sentido. Cada día aprende que ha estado viendo a un psicólogo que está ayudándola a recuperar la memoria y que, siguiendo sus sugerencias, ha estado escribiendo un diario para documentar sus recuerdos. Pero poco a poco va dándose cuenta de que algo en la imagen que va formando de su vida no termina de cuadrar, hay algo que no encaja en el rompecabezas.
Un día Christine se despierta y no sabe quién es el desconocido que yace junto a ella en la cama. Corre hacia el baño y se sorprende al ver reflejada en el espejo la imagen de una señora en sus cuarenta ¿pero cómo puede ser, si ella aun no ha llegado a los treinta? Bueno, pues el hombre en su cama es su esposo y la mujer del espejo… pues es ella. Christine no tiene memoria de sus últimos 20 años y sufre de un extraño trastorno mental que le impide guardar recuerdos nuevos más allá de 24 horas. Sí, toda una pesadilla.
Una premisa bastante interesante que me motivó a leer este libro a pesar del montón que tengo pendiente a leer. Mis expectativas eran altas, eso [casi] nunca es una buena señal. La protagonista se despierta todos los días con el mismo desconcierto, y todos los días tienen que volver a recordarle quien es y que le pasó. Todo comienza a cambiar cuando ella secretamente decide ver a un doctor que dice que la va a ayudar a curarse, digo secretamente porque su esposo no sabe nada de esto. El doctor le sugiere que escriba un diario como terapia para volver a recordar. Esto es el detonador de la bomba que va explotando muy pero muy lentamente. Ella va descubriendo pequeños detalles de su pasado que son misteriosos, mentiras que ella daba por sentadas y así.
El problema es que todos los días son iguales para esta mujer (así como para el lector). Comencé a desesperarme. Parecía todo muy repetitivo, todos los días ella tenía que leer su diario para “recordar” lo mismo solo que un día más que otro había un pequeño cambio. Otro factor que no ayudó a la novela es que son muy pocos personajes, además del esposo, el doctor y ella solo hay dos o tres personajes pasajeros que no aportan mucho a la trama. Mi impresión fue que este fue un cuento alargado. Hubiese quedado mejor si el escritor hubiese hecho una historia corta en lugar de toda una novela.
El final fue un poco inverosímil para mi gusto. Hubo unos cuantos detalles que me los encontré forzados, todo para justificar el final.
El libro no está mal para una lectura ligera de vacaciones pero no es ninguna obra de arte.
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