Sinopsis
Después de una larga enfermedad, un escritor es invitado a un congreso de biógrafos en la ciudad de Jerusalén, metáfora de una urbe sitiada por la guerra, a punto de sucumbir. La narración de las estrafalarias vidas de los participantes al congreso –como en un moderno Decamerón– sorprende al protagonista. Tal es el caso del librero y biógrafo francés Edgar Miret Supervielle, de la actriz porno italiana Sabina Vedovelli, del empresario colombiano Moisés Kaplan y, sobre todo, de José Maturana, un ex pastor evangélico, ex convicto y ex drogadicto que, con el poderoso lenguaje de las calles más sórdidas, narra el periplo de su salvador, un carismático Mesías latino en Miami. Pocas horas después de salir del recinto del congreso, Maturana aparece muerto en su habitación del hotel. Aunque todo apunta a un suicidio, después de escuchar su intrigante narración subyacen algunas dudas. ¿Quién era José Maturana realmente?
Necrópolis es una novela en la que el narrador explora diferentes versiones de una misma historia, al tiempo que escucha los sorprendentes relatos de otros protagonistas.
La historia se desarrolla en este congreso de biógrafos, donde varios van contando historias, lo que hace que le libro parezca más una antología de cuentos que una novela. Claro, en el trasfondo está el misterio de la muerte de José Maturana, que el escritor se propone investigar debido a la historia que cuenta José justo antes de suicidarse. Y es que la vida de este hombre está rodeada de misterios. Mientras se van integrando mas personajes a la trama, ya no sabes a quien creer, pues es como que cada quien tiene una versión diferente de la historia de Maturana.
Una de las cosas que más me molestaron de este libro fue el personaje Marta, una periodista que tenía más de actriz porno que de periodista. Las situaciones donde la susodicha intervenía parecían sacadas de una película porno. Por ejemplo, Marta le pide al escritor que la deje quedarse en su habitación ya que la de ella está en otro hotel, que necesita tranquilidad para escribir su reportaje que nadie sabe de qué ira pero que se supone que es de la convención, y no sé que mas. Él le dice que si, ella se dirige a la habitación de él. Horas más tarde, cuando el escritor entra a su habitación, la encuentra desnuda y ella se justifica diciendo que tiene calor. Y así pasan muchas escenas entre este personaje y el escritor, ella siempre diciendo o haciendo cosas que a mi parecer eran inexplicables. Aunque hubo una escena en particular en la que el escritor le da un sermón, que a mí me gustó bastante, y no porque Marta se lo mereciera sino por lo que el escritor le expresó. Una de sus frases fue: […] El rico puede elegir ser pobre si lo desea, o fingir ser pobre, pero nunca al revés.
De las historias que se relataron, mi favorita fue la del colombiano, Moisés Kaplan, que cuenta de la situación vivida con las guerrillas y los paramilitares en Colombia.
El final, para mí, no estuvo muy claro. Esperaba que se resolvieran algunas incógnitas, pero al final se quedaron en el aire.
En resumen, este libro fue agradable, hubo momentos en los que desee terminarlo porque me aburría terriblemente, y otros en los que realmente lo disfruté. Lo malo es que lo que prevaleció fue más lo primero.
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