What if you had only one day to live? What would you do? Who would you kiss? And how far would you go to save your own life?
Samantha Kingston has it all: the world's most crush-worthy boyfriend, three amazing best friends, and first pick of everything at Thomas Jefferson High—from the best table in the cafeteria to the choicest parking spot. Friday, February 12, should be just another day in her charmed life.
Instead, it turns out to be her last.
Then she gets a second chance. Seven chances, in fact. Reliving her last day during one miraculous week, she will untangle the mystery surrounding her death—and discover the true value of everything she is in danger of losing.
La historia del libro me pareció original. Sam es una chica popular que junto a su grupo de amigas, se siente intocable y especial en la secundaria. Un día tiene un accidente fatal y se descubre repitiendo el mismo día una y otra y otra vez. En estas repeticiones, Sam logra conocer las consecuencias de sus actos de maldad contra sus compañeros de escuela impopulares, esos de los que ella y sus amigas se burlan en público sin el menor reparo. Al principio de la historia, es bastante difícil conectar con Sam, esta niña popular que se cree superior a los demás y que parece no ver nada mas allá de sus narices me hizo perder la paciencia varias veces.
Que Sam este reviviendo el día de su accidente una y otra vez (muy al estilo de la película El día de la marmota) la hace reflexionar, ver realmente que es lo que pasa a su alrededor y conocer a las personas que son blanco de sus maldades totalmente inocentes. Se podría decir que el mismo accidente desata una catarsis en la vida de Sam. Mientras los días se van repitiendo, vemos junto a Sam todos esos pequeños detalles que a ella se le escapaban, lo tonta e inconsciente que es. Es un proceso lento y que no necesariamente se desarrolla como uno se imagina que pasará. A ver si me explico, cuando lees la premisa del libro lo primero que piensas es “ah, ya sé que pasará: ella verá todo lo que esta mal, romperá viejos hábitos y al final renacerá como una oruga que se convierte en mariposa”… bueno, pues no es exactamente así. Lo cual tiene su punto positivo pues al final te sorprende.
Algo que se me hizo difícil de calar fue la mejor amiga de Sam, Lindsay. Esta era la líder del grupo de amigas y por ende la más malvada de todas. A pesar de que la autora quiere que el lector sea empático con ella en algunos momentos, yo simplemente no puedo. Entiendo que la gente comete errores, que a veces no somos capaces de ver más allá de lo que queremos y en base a eso actuamos de determinada forma, pero Lindsay me pareció pura maldad. Podía tener sus arranques de cariño con su grupo pero con los demás era una víbora, y que Sam siempre la viera como su amiga me fastidiaba bastante.
El libro no es malo, de hecho es uno que recomendaría. Sin embargo, mi experiencia con él fue como cuando pruebas una comida nueva, el sabor no te disgusta solo lo encuentras diferente pero no llegas a acostumbrarte a él.
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